La industria cárnica española es una de las más potentes del mundo, de eso no cabe duda, según el propio Ministerio de Economía existen en España más de 8.000 empresas que generan más de 80.000 empleos, representando un 2,1 % de PIB, siendo el cuarto motor industrial, con una cifra de negocio de más de 22.000 millones de euros, lo que supone más del 21,6% de todo el sector alimentario español.

Según la FECIC (Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas), el año 2018 ha sido un año razonablemente bueno con un balace positivo y unas buenas expectativas para el año 2019 en el que estamos, siendo el porcino y el vacuno los principales sectores con un crecimiento del 5%.

Si bien hay pocos datos, queremos destacar la influencia del sector del embutido dentro de la industria cárnica.Según un artículo publicado por qcom.es en marzo de 2017, la producción española de elaborados cárnicos ha ido creciendo entre los años 2010 (1.270.500 Tm) al 2015 (1.347.350 Tm) de forma lenta pero constante.

En este sector, en el de los embutidos, si en algo puede competir claramente la industria espñola es en calidad.

Empresas relacionadas con el sector del embutido como la valenciana Casings L. Guerrero, están en contínua expansión, como la citada empresa que en breve inaugurará sus nuevas instalaciones.

Casings L. Guerrero es un referente en la producción de tripa natural de porcino, ovino y bovino. La calidad de sus productos naturales son la base de la elaboración de embutidos donde la calidad final de los mismos es su mayor valor añadido.

Está claro que el embutido es un referente en todos los territorios de España, no hay zona o comarca que no tenga sus propios embutidos tradicionales, desde pequeñas a medianas y grandes industrias, aportar por la calidades el reto de todas ellas.